Clasificación
taxonómica
Para clasificar las plantas se utilizan diferentes categorías
taxonómicas las cuales se colocan en un orden definido. Se usan terminaciones
especificadas para cada una de dichas categorías.
Phylum: Euphyta
División: Angiospermae, es decir plantas abastecidas de flor y/o de fruto
Clase: Monocotiledones, son plantas que tienen una sola hoja embrionaria (un cotiledón)
Orden: Gynandreae
Familia: Orchidaceae
Subfamilia: Epidendroideae
Tribu: Epidendreae
Sub-tribu: Laeliinae
Género: Cattleya
División: Angiospermae, es decir plantas abastecidas de flor y/o de fruto
Clase: Monocotiledones, son plantas que tienen una sola hoja embrionaria (un cotiledón)
Orden: Gynandreae
Familia: Orchidaceae
Subfamilia: Epidendroideae
Tribu: Epidendreae
Sub-tribu: Laeliinae
Género: Cattleya
Número de especies de Orquídeas
Catleya: Más de 60
Los antecedentes en Colombia de
estudios de taxonomía molecular con orquídeas son escasos, situación que tiende
a modificarse a partir de la investigación de la Santanderella y las que
continuarán con otras especies de esta familia en el marco de la Expedición
Botánica Molecular del Instituto de Genética Humana de la Universidad
Javeriana.
Lo que hicieron los investigadores
con la Santanderella, a partir de un detallado y cuidadoso trabajo experimental
de Sonia Quintanilla dirigido por los doctores Gómez y Bernal, fue extraer el
ADN del ejemplar que había sido estudiado fenotípicamente por el padre Pedro
Ortiz. Para extraer el ADN de una planta es necesario macerar un fragmento de
esta (una hoja, por ejemplo) y dejar el ADN expuesto. Quintanilla detalla el
proceso, que requiere de métodos físicos y químicos: “El ADN se mantiene en el
núcleo de la célula o en el citoplasma, entonces, lo que hacemos es romper la
membrana celular, dejar expuesto el núcleo y romperlo liberándolo de las
proteínas que lo protegen. Para hacerlo, se utilizan soluciones detergentes y
hay que ser muy rigurosos con los reactivos que se utilizan para no dañar el
ADN. Así, el ADN queda libre de proteínas y se puede conservar a -70°C”. Vale
la pena destacar que hay dos formas de conservar ADN para la posteridad: “una,
aislado en congeladores, lo que requiere una gran infraestructura, y otra,
intacto en la planta viva (de ahí la importancia de la conservación de
especies)”.
A la Santanderella le aplicaron la
herramienta del código de barras de la vida e hicieron un análisis
filogenético, a partir del cual se determina cuáles organismos están más o
menos cercanos entre sí y se hace una especie de árbol de parentesco. En el
proceso de comparación y clasificación, se seleccionaron 18 muestras, cada una
representativa de una especie de la subtribuOncidiinae, provenientes de la
colección personal del padre Ortiz y del Herbario de la Pontificia Universidad Javeriana.
La descripción morfológica que ya
había hecho el padre Ortiz le había indicado que la afinidad de la
Santanderella con el género Notylia se encontraba en caracteres como ser
plantas epífitas, cespitosas, con seudobulbos unifoliados; en su inflorescencia
en racimo plurifloro, su antera dorsal bastante grande, sus polinios con
estípite estrecho y alargado, y su estigma ventral longitudinal. Pero lo que
definitivamente marcaba las diferencias era la estructura de la columna y de
los polinios, y las características de los sépalos y los pétalos, muy
estrechos, y en especial del labelo, diferente a todos los labelos de las
especies del género Notylia.
Lo que se logró con el trabajo de la
taxonomía molecular fue confirmar que efectivamente se estaba ante un evento
notable: la descripción de un nuevo género en la familia de las orquídeas.
Con la Expedición Botánica Molecular,
dice Alberto Gómez, “el Instituto de Genética Humana busca describir la enorme
diversidad que hay en Colombia solamente tomando como ejemplo las orquídeas.
Esa enorme diversidad está amenazada, se está acabando. Es preciso conocer lo
que se tiene y tener muy clara la pregunta: ¿qué conservar? La taxonomía
molecular nos dice ‘esa planta es en realidad esa planta’; nosotros le hacemos el
código de barras para estar seguros de que lo que estamos conservando es lo que
se debe conservar. En ese sentido el proyecto tiene un impacto social muy
importante para el país y para el mundo”.
En Colombia se habla de la existencia
de 4.000 especies de orquídeas. El Libro rojo de esta familia, publicado en
2007, informa que 207 de esas especies están amenazadas. Señala que 6 de ellas
están en peligro crítico; 64, en peligro, y 137, en categoría de vulnerable (la
mayoría de ellas son de uso ornamental y tienen gran valor comercial por sus
colores y sus características, de ahí que sea reiterativa en el libro la frase
“se recolectó y se encuentra comercializándose en equis país en un jardín
botánico”). Si bien no hay información precisa de todas las especies, es cierto
que la deforestación, la fumigación de los polinizadores, la destrucción de los
hábitats y la depredación para comercializarlas en mercados nacionales e
internacionales las han puesto en verdadero riesgo.
“Con este tipo de trabajos es
posible, además, identificar cuáles especies de las que están en el mercado
internacional son nuestras y reclamarlas como tales, a pesar de que estén en
jardines botánicos extranjeros, y generar programas de conservación”, afirma
Quintanilla.
Las inquietudes de los investigadores
van más allá. Buscan aportar a la estandarización de las técnicas moleculares
para la extracción, purificación y secuencia de ADN nuclear y del cloroplasto
en muestras de orquídeas frescas y provenientes de herbarios. Esta es apenas la
cresta de la ola, dice Alberto Gómez a Pesquisa: “buscamos ser pioneros en
precisar un método definitivo para que cualquier investigador, más adelante,
pueda extraer ADN de cualquier tipo de tejido de herbario o vivo”
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